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Guionistas estadounidenses en crisis 

Por: José Dos Santos

Un veterano guionista estadounidense de televisión denuncia que se está viviendo “la extinción de la escritura como profesión”.

El periodista de WSWS David Walsh aborda un tema de mucha actualidad y poca difusión, a pesar de la gravedad del asunto: “Los escritores de cine y televisión, miembros del Writers Guild of America (Gremio de Escritores/Guionistas de Estados Unidos, WGA), votaron recientemente a favor de una huelga cuando el contrato actual expire el 1 de mayo”. De 9218 miembros solo 198 estuvieron en contra de esa decisión, de la cual, al momento de redactar esta nota, se desconoce su efectividad.

Walsh habló con un veterano escritor de televisión sobre los problemas que enfrentan ellos. El accedió a hacerlo con la condición de permanecer en el anonimato, por temor a represalias.

 Un resumen de ese diálogo ilustra el problema y sus alcances:

“Lo que ha pasado en la última década es que los streamers en particular (Netflix, Amazon, Apple, etc.), que vienen de Silicon Valley, tienen una cultura diferente. Su punto de vista es: moverse rápido y romper cosas.

“Los ejecutivos, la gerencia y sus abogados han tomado el Acuerdo Básico Mínimo del Sindicato de Escritores (MBA) y lo han revisado buscando todas las lagunas concebibles y explotándolas al máximo. Básicamente, a estas empresas les gustaría vernos como conductores de Uber.”

¿Cómo funciona?

“La escritura televisiva, tanto dramática como cómica, es tradicionalmente un deporte de equipo. Tienes de 8 a 10 escritores en una habitación y elaboras una temporada de televisión, tanto la forma general de la temporada como los episodios individuales.

“Luego, un escritor asume la responsabilidad de un episodio, de escribirlo y verlo durante la producción y, a menudo, incluso la postproducción. Ese es el modelo tradicional en la televisión estadounidense. Es un proceso que requiere mucha mano de obra, y una temporada de televisión fue la mayor parte del trabajo de un año

  “Pero las empresas y sus abogados aparentemente pensaron: ¿por qué estamos gastando todo este dinero en escritores? Primero hagamos una prueba de concepto. Reunamos un pequeño grupo de escritores … por un período de tiempo más corto, tan solo un mes, y llamémoslo una ‘mini sala’. Págales el mínimo del Gremio de Escritores cada semana… a partir de ahí, la red o plataforma dará luz verde a una sala de escritores completa o desconectará.

“Pero cuando entras en esta mini sala y te comprometes con este tiempo, no tienes ninguna garantía de que, si el programa sigue adelante, estarás en el programa, porque ese tipo de compromisos son parte del ‘viejo modelo’.

“Las empresas están diciendo: ya no vamos a hacer eso. No te prometemos nada. Solo estamos diciendo, entre, le pagaremos como trabajadores a destajo, denos sus mejores ideas y luego váyase. Tal vez tengas la suerte de volver. Tal vez no. Entonces, es posible que haya ayudado a crear la plantilla para una serie exitosa y de larga duración, pero nunca se le pagará ni un centavo por su trabajo”.

El entrevistado expuso ejemplos de las muchas formas en que se está rediseñando el trabajo del escritor para privarlos de una compensación y un sentido de propiedad (creativo, si no financiero) de su trabajo.

Actualidad

Hoy las ganancias son históricas, y su base son las películas y los programas, el “contenido” que crean los escritores. “Pero su modelo de negocio es: no compartimos las ganancias… No te debemos nada…

“Esta es una batalla a nivel de extinción para escritores y otros creativos en esta industria… Guionistas de televisión, guionistas de películas; todos estamos más o menos en el mismo barco”.

Denuncia que: “una forma de aumentar las ganancias es despedir tramos de personas y recortar el salario de los que quedan… literalmente estamos luchando por nuestras vidas y medios de subsistencia.

El periodista David Walsh apunta que en la industria del entretenimiento en Estados Unidos existe la sensación de que emplean un ejército de abogados, contadores, expertos financieros que “no hacen nada las 24 horas del día, pero calculan cómo joder a los escritores, actores y directores y todos los demás de cada centavo posible”.

 El interlocutor de Walsh comenzó en el sector a finales de los 90 cuando aparecieron programas como The X-Files, que estaban forjando un nuevo territorio en la televisión comercial. El periodista indicó que “trabajó en programas que eran inteligentes y divertidos, con grandes actores, directores y equipos de artistas y artesanos detrás de la cámara: directores de arte y directores de fotografía, compositores, los cientos de personas cuyo trabajo se dedica a la creación de una hora de televisión”.

Veracidad en duda

Para Walsh la gran pregunta es: ¿la veracidad y la seriedad artísticas son compatibles con este puñado de conglomerados que son dueños de todo? La respuesta de su interlocutor fue contundente: “no, no lo son”.

Dijo, a riesgo de sonar aún más cínico, que la principal razón por la cual la mayoría de ellos invierten en un trabajo de calidad es atraer inicialmente a una audiencia o ganar premios, porque les gusta ganar premios. Es un sentimiento agradable para ellos sentir que no solo son ricos, exitosos y poderosos, sino que también son culturalmente significativos”.

Contextualiza Walsh que los escritores eran el elemento más de izquierda. Había una facción considerable del Partido Comunista. Fueron los escritores los que más sufrieron en la lista negra por una razón. “No es solo que sean una molestia. También son potencialmente problemáticos. Pueden tener pensamientos independientes, y eso es peligroso”.

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