Memorias del cine

Alfredo Guevara y el Noticiero Icaic

Por: Rafael Lam

Según datos facilitados por Alfredo Guevara a la cineasta Mayra Álvarez, desde el principio consideraron la necesidad de un Noticiero que abarcara el acontecer Latinoamericano. “Lo estuvimos planeando en toda su estructura, y pensamos que tendríamos que hacer un trabajo en esa dirección, al igual que una recopilación de imágenes y situaciones concernientes a Cuba, para que los cineastas vieran reflejado en pantalla nuestro país y esa fuera la enciclopedia más popular que dirigió Octavio Cortázar. El Noticiero lo comenzamos, pero enseguida incorporamos a Santiago Álvarez, que era lo que quería hacer”.

“Guevara tenía mucha ansiedad de darlo a conocer en todas las funciones de cine en Cuba, en la primera etapa de la Revolución, Fidel lo estaba empleando en trabajos especiales, hasta que le dijo un día –Echa a andar el cine–”.

Guevara, provisoriamente, ya tenía preparada la ley y el proyecto con el grupo de realizadores. Muchos de los primeros realizadores no tenían formación académica, algunos eran de cine club.

El entonces Presidente del Icaic consideraba valioso el trabajo de Santiago Álvarez, pese a no tener formación cinematográfica. En realidad, casi ninguno de los que se iniciaron en el proyecto tenían formación cinematográfica, cuando más habían trabajado con una camarita, pero eran artistas en potencia, con juventud y deseos de comerse el mundo: algún a fuerza casi mística, según decía Alfredo Guevara.

Para el noticiero emplearon tres turnos de trabajo, un ejército de hormigas laborando día a día, de esa manera de trabajo y pasión logró una nueva estética. Cuando hay talento, interés, juventud, es bastante seguro que se encuentra un camino nuevo.

Total, que el Icaic creó una escuela del noticiero, un concepto, un nuevo camino, nunca antes visto.  El Noticiero Icaic se convirtió en un verdadero atractivo; era el pulso de la vida cubana en tiempos de Revolución de cambios y de grandes momentos.

Alfredo Guevara y Santiago Álvarez eran muy amigos y fueron compañeros en la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo, tenía una formación periodística, dirigió una revista. Santiago Álvarez resultó un sorprendente creador, era un artista muy inteligente y natural, propició una escuela de cineastas; pero eso será tema para otro espacio.

 

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