Momentos estelares del Festival de Cine
Por: Rafael Lam
Entre muchos momentos estelares del 41 Festival del Nuevo Cine Latinoamericano destacaron las restauraciones de obras emblemáticas para el cine cubano: Los sobrevivientes (1978, Tomás Gutiérrez Alea), La muerte de un burócrata (1966 de también de Titón), El arte del tabaco (1974, documental de Titón).
Fuimos testigos de primeras veces con una muestra de cine joven y muchas obras Operas Primas que sorprenden a los asistentes.
Uno de los atractivos del festival fue sin dudas la película La red avispa, comentada magníficamente por el crítico Rolando Pérez Betancourt en el periódico Granma.
Los homenajes a Santiago Álvarez que rebasaron las fronteras de Cuba, el Festival estuvo dedicado al creador de una verdadera obra documentalística.
Muy estremecedor resultó el documental dedicado a Luis Eduardo Aute, gran amigo de Cuba, la realización corrió a cargo del cineasta español Gaizka Urresti, un artista de Premio Goya. Gaizka me cuenta personalmente que un médico cubano de apellido Machado (conocido en el programa de Taladrid Pasaje a lo desconocido). Le salvó la vida a Aute, después de una larga dolencia cardiaca. Un tema para otro documental donde se muestre la alta calidad científica de nuestros médicos cubanos. De paso diremos que el trovador Silvio Rodríguez tuvo mucho que ver en esta cooperación Cuba-España.
Ha habido tiempo para homenajear a las seis décadas del Icaic en su grandiosa obra, en sus festivales, peliduras emblemáticas, sus creadores que son muchos, Santiago Álvarez en los documentales, Tomas Gutiérrez Alea, muchos artistas, técnicos, productores, muchos verdaderos artífices del arte de 24 por segundo. Un verdadero ejército de creadores, quienes dejaron una huella en todos estos años de batalla por el arte del cine.
Como dice uno de los lemas, el Festival de La Habana: “Muchos ojos para ver buen cine”. Es como viajar por el mundo y conocer como gira el cine mundial.