Senel Paz a 30 años de su cuento Fresa y Chocolate
(Premio Juan Rulfo 1990)
Por: Rafael Lam
Senel Paz cumple 70 años y su cuento El lobo, el bosque y el hombre nuevo; arriba triunfalmente a su aniversario 30. La obra de Senel fue Premio Internacional Juan Rulfo, auspiciado por Radio Francia Internacional, el Instituto Mexicano de Cultura y la Casa de América Latina de París.
Posteriormente, tres años después, en 1993 el cineasta Tomás Gutiérrez Alea, apoyado por Juan Carlos Tabío, presentan la coproducción cubano-española-mexicana, Fresa y chocolate.
Los actores seleccionados fueron: Jorge Perugorría, Vladimir Cruz y Mirtha Ibarra. Basada en el cuento de Senel Paz “El lobo, el bosque y el hombre nuevo”, y Senel realizó la adaptación del guion.
Tomás Gutiérrez dijo acerca del cuento de Senel Paz: “al leer el cuento, observé que había una película redondita; estaba seguro que sería de mucho interés”.
Recuerdo, en el estreno en el cine Yara, Jorge Perugorría, Vlavimir Cruz y Senel Paz, salieron del cine Yara muy complacidos por la aceptación del público. Entonces tomaron camino al Hotel Nacional para celebrar el éxito de la película.
Sobre la película le dije a un amigo crítico que esta iba a ser la gran película cubana de final de siglo XX. El crítico me dijo que yo estaba exagerando un poco. Al otro día el especialista Rufo Caballero afirmó mi opinión y, por esas cosas de la cultura, después recibió la Mención de Honor del Premio Madanjeet Singh de la UNESCO por la lucha contra la intolerancia.
Es la primera película en representación de Cuba que obtuvo una nominación, en la categoría de Mejor Película Extranjera, en los Premios Oscar de 1994. Presente en numerosos festivales de cine internacionales, como los de Berlín y Chicago, la cinta también obtuvo el Premio Goya al mejor largometraje extranjero de habla hispana en la edición celebrada el 21 de enero de 1995.
La película es considerada uno de los primeros ejemplos positivos en mostrar la homosexualidad en el cine realizado en Cuba y uno de los filmes más internacionales de su filmografía. También se suele destacar la trascendencia y perdurabilidad de su mensaje debido a la temática reflejada en la cinta.
Ángel Fernández-Santos, en el diario español El País, la califica como “una desesperada invocación a la esperanza, al mismo tiempo que una estremecedora comedia sobre la supervivencia de la amistad, la tolerancia, el amor, la solidaridad y la libertad”.
Nigel Andrews, en Financial Times, califica la obra como “una soberbia película cubana de 1993, un pequeño clásico sobre la libertad, la homosexualidad y sus aspiraciones”.
Senel Paz
Senel Paz nació en Fomento, Las Villas, Cuba, en 1950. Creció en una familia campesina pobre que logró educar a sus hijos gracias a las medidas que favorecieron a ese sector al triunfo de la Revolución.
La adolescencia y juventud trascurrieron en Cabaiguán, lugar al que siempre se ha sentido muy a gusto. Se marchó a La Habana a estudiar y se graduó en el año 1973 de Licenciatura en Periodismo en la Universidad de La Habana.
Por su larga y sostenida carrera en el ámbito cinematográfico cubano, obtuvo el voto del jurado como acreedores del Premio Nacional de Cine 2020.
Senel Paz es un artista muy reservado, silencioso, parco al hablar. Alguna que otra vez converso con él algunas palabras. Siempre le he dicho que el cuento aceptaba una segunda y hasta una tercera parte. No estoy nada errado, tanto Memorias del subdesarrollo como Fresa y chocolate, repiten el mismo paradigma del hombre aislado en una sociedad, según reveló una vez Edmundo Desnoes, el escritor del libro Memorias del subdesarrollo. En realidad, Tomás Gutiérrez Alea y Edmundo Desnoes tuvieron la idea de hacer la segunda parte de la película Memorias del subdesarrollo. No fue posible; aunque Miguel Coyula emprende ese objetivo.
Senel, acerca de la idea de hacer la otra parte de Fresa y chocolate, se queda silencioso, quizás como diciendo: “Yo dejé eso así para que quedara en el insondable misterio”.