miradas

Un Calendario diverso

*Este texto es parte de Miradas, segmento de opiniones sobre un tema en agenda de la Revista Cubanow.

Por: Frank Padrón en CubaEscena

Dentro de la serie Calendario que pasa el canal Cubavisión (y que comentaremos en extenso cuando finalice) un reciente capítulo ha traído peculiar resonancia. Tuvo que ver con la diversidad sexual y centró su núcleo dramático en el único personaje abierta y confesamente gay dentro del grupo de estudiantes de secundaria que integran ese elemento coral del dramatis personae[1].

Maikell, quien vio desaparecer el diario personal donde se desahoga y cuenta sus gustos y preferencias respecto a sus compañeros, sufre homofobia de dos integrantes de otra exclusión: la raza negra. Uno de ellos incluso de más bajo nivel social que la mayoría de la clase y otro (procedente de la zona oriental del país, asentado en la capital) que le atrae, según plasmó Maikell en su diario.

Hay que saludar en el audiovisual escrito por Amilcar Salatti y dirigido por Magda González Arau, entre otras virtudes, la vocación inclusiva, anti discriminatoria y didascálica -respecto a esas y otras realidades- pero también cuestionar determinados enfoques que implican cierto reduccionismo y hasta estereotipos en las caracterizaciones y enfoques de tales minorías.

No entremos siquiera en el hecho de que los más desfavorecidos de los muchachos, sean precisamente afrodescendientes, sino que el propio joven homosexual sea débil, amanerado y minoritario.

Maikell tiene que ser defendido por sus compañeras de aula, no logra ripostar físicamente cuando le agrede uno de sus ofensores (sé de muchos gays tan masculinos como cualquier hetero, y que, hablando “en plata”, se “fajan” también, como he visto transexuales reaccionando con violencia a la violencia machista y transfóbica), y el que lo protege -bien que sea alguien con previas actitudes censurables, huyendo así del maniqueísmo caracterológico- tiene a bien aclarar cuando otro colega le cuestiona su posible bisexualidad: “en el mundo del modelaje he aprendido a ‘lidiar’ con todo”. O sea, a tolerar, aquí sí, no precisamente a entender, incorporar y aceptar. De modo que, aunque la mirada de la serie a la diversidad es de respeto y simpatía, no trasciende sin embargo el paternalismo heteronormativo.

Ojalá y Calendario se introduzca en ese ítem que roza: la bisexualidad, difícil de no encontrar en colectivos como el que focaliza la serie, si bien en muchos casos oculta y “dentro del clóset”, con lo cual tocaría otro tema relacionado: la doble moral e hipocresía.

No ha caminado con pie certero nuestro audiovisual cuando lo ha intentado (recordemos la pareja masculina en La cara oculta de la luna, de Freddy Domínguez, que casi demonizaba al bisexual) y por el camino que va pareciera que el único ejemplar sexodiverso es Maikell, con lo cual se cumple con  la “ración” esperada de minorías, o quizá se le “asigne” una pareja semejante, como  ocurre en series foráneas también miedosas, hasta fóbicas, con un conflicto,  debe confesarse, espinoso y complejo, mas no inabordable.

Otras deudas quedarían con el lesbianismo, la pansexualidad o el poliamor (apenas insinuado en un episodio anterior). Cierto: no es una serie sobre diversidad sexual, pero en un conglomerado juvenil se sobrentiende hay no pocos casos, justamente por lo diverso de su conformación. Lo apunto ante la buena nueva de una segunda temporada.

Pese a estas reservas, creo que fue un capítulo hermoso y audaz; los inspirados versos de Marcos Abraham con que el personaje defendió públicamente sus derechos, sensibilizaron a un amplio y variopinto auditorio, y la actuación de Homero Sacker está confiriendo autenticidad y convicción a su papel, aun cuando, repito, su concepción no escapa del todo a los clisés.

Calendario, en fin, muestra a veces titubeos y aristas perfectibles, mas sigue dando la hora.

[1] Frase de origen latino con la que se denomina la lista de personajes de la trama de una novela o de una obra teatral.

Fotos cortesía del autor

Enlaces relacionados: Una serie de éxito y Calendario: La realidad a medias es también la realidad
Sugerencia de lectura: el tema de debate de la edición anterior

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