El cine del ayer
Por: Rafael Lam
Fotos: Tomadas de Juventud Rebelde
En este 2021 se cumplen varias fechas significativas en el cine: entre ellas que hace 115 años, específicamente en 1906 los cinematógrafos del teatro Payret son sustituidos por un sexteto de son.
También se inauguró en la sala Actualidades de Eusebio Azcué, el primer local construido expresamente para cine. Esa noche debuta un grupo de “parlantes” dirigido por Claudio Cuesta. Los parlantes hablaban detrás de la pantalla.
El Actualidades radica en la calle Monserrate, entre Neptuno y Águila, Todavía se mantiene en espera de restauración. En ese cine actuaron por primera vez en La Habana el trío Los Matamoros.
En esta misma fecha de 1906, en el Actualidades se presentó la primera película en colores: La gallina de los huevos de oro y, también se edifica Los Jardines del Teatro Martí, lo llamaron Eden Garden.
Y, por esa fecha, más o menos, en el Teatro Tacón se estrenó el largometraje de ficción cubano Un duelo a orillas del Almendares, de Enrique Díaz Quesada.
Sabemos que por esa época Ernesto Lecuona comenzó a tocar con once años como pianista acompañante en el cine Fedora de Belascoaín y San Miguel. También dirigió la orquesta y a intervalos ofreció solos de piano.
Ya se hacían planes para emplazar cines al aire libre en el Miramar Garden del Hotel Miramar, de Pepe Acosta y en Prado y Malecón.
Más adelante, en el teatro Campoamor se exponían películas de Estados Unidos.
Hace unos cien años en que se presentaron películas del oeste estadounidense en la Tienda Negra del Circo Santos y Artigas (carpa-cine), en la calle Belascoaín, próximo a Los Cuatro Caminos.
Inauguraron el cine Capitolio (después llamado Campoamor), en Industria y San José. También se celebra el centenario de la instauración de la orquesta de Gonzalo Roig en el Campoamor. Esos conciertos se hacían con el fin de contender la popularidad de los cines en los teatros. En esa propuesta participaron Ernesto Lecuona, José María Ariete, Manuel Duchesne (padre) y muchos organismos.
Los teatros casi siempre han afrontado crisis por el público que va en busca de programaciones más atractivas, baratas y sensacionales.
Un teatro es muy costoso mantenerlo, de ahí que siempre han tenido que ingeniárselas para hacerlo.
Eso mismo está pasando en la actualidad en el mundo los cines están en decadencia. En las casas ya se cuentan con televisores de pantallas gigantes y se eligen las películas que se desean ver. No se corre el riesgo de los problemas de violencia que tienen las ciudades.
Por su parte, los teatros tienen que reajustar sus programaciones y crear nuevos espectáculos.
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