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Resguardar y proyectar: eslabón clave de la cultura nacional

Por: José Dos Santos

En un nuevo aniversario de su fundación es buen momento para hablar de una “programación rigurosa, con equilibrio entre nacionalidades, movimientos, tendencias, géneros y temáticas”. Todas ellas características de la Cinemateca de Cuba, en palabras de su actual director, Luciano Castillo.

Hay validez permanente de esa idea, más allá de que las pronunciara en 2020, en la inauguración de la nueva sede de la Cinemateca, en la que fuera residencia de su fundador Alfredo Guevara.

Como el propio Castillo asegurara entonces, “no puede marcharse hacia adelante sin mirar atrás”. Esta institución ha sido, es y será de los pilares de la cultura cubana, en la que el “séptimo arte” ocupa un lugar muy importante por sus realizaciones, el gran número de sus seguidores y su contribución al alma nacional.

La fría definición como “entidad y lugar creados para la recopilación de filmes con algún interés dentro de la historia del cine”, en el caso cubano esta “biblioteca especializada en películas”, se expande por su propósito investigador, divulgativo y docente, el cual ha incluido, desde sus inicios, una producción de carteles publicitarios de alta factura artística, ejemplo no solo para Latinoamérica.

Su importancia y vigencia actual se reflejó en la inauguración de su nueva sede con la asistencia del Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, una personalidad que en diversos momentos ha dado muestras de su aprecio por este campo.

Así pudo constatarse cuando, hace un año, escribió: “se cumplió un anhelo al visitar la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano… Ratificamos nuestro compromiso con el proyecto de integración del cine regional fundado por Fidel y el Gabo”.

Un mes después, en el 62 aniversario del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), lo elogió como la “primera institución cultural de la Revolución cubana”. Fundada el 24 de marzo de 1959, cuenta con una obra consagrada, como son los carteles de películas clásicas de la filmografía de Cuba, ubicados “en la vanguardia del cine latinoamericano”.

Castillo delineó los derroteros a seguir: “multiplicar e incentivar las acciones promocionales e investigativas del acervo por sus especialistas y la atención óptima a la creciente cifra de estudiosos y críticos interesados en consultarlo”, al tiempo que adelantó el propósito de crear “un museo del cine cubano”.

Origen y trayectoria

 La Cinemateca de Cuba nació el 6 de febrero de 1960, bajo los auspicios del ICAIC. Desde entonces se ha mantenido como un archivo estable que preserva y difunde el patrimonio fílmico cubano.

Es única de su tipo en el Caribe. Según Ecured, “una de las que mayor patrimonio fílmico conserva en nuestra área geográfica. Contribuye al desarrollo de archivos que comienzan y mantiene una infatigable colaboración con los de otras partes del mundo”.

Teniendo como antecedente pequeños cine-clubes antes de 1959, el ICAIC fue fundado como parte del esfuerzo cultural mayor de un país en Revolución que tuvo, tiene y tendrá en las artes que tributan a ella uno de sus bastiones identitarios.

Con su constitución se pudo comenzar a hablar de una industria fílmica cubana. Al año siguiente, con la Filmoteca -como se le llama en otros lares- se empezó a apoyar el rescate, preservación y difusión de los materiales precursores, bajo la dirección de Héctor García Mesa, quien estuvo tres décadas al frente de ella.

En 1990, la Asamblea General anual de la FIAF celebrada en La Habana confirmó a la Cinemateca como Archivo Fílmico Nacional.

Gracias a la contribución del ICAIC, ha restaurado y pasado a material de seguridad todos los filmes de largo y cortometraje que pudo rescatar de los producidos en el país antes de su fundación.

También conserva materiales duplicados y copias de exhibición de la producción ICAIC, cuyo laboratorio ha cumplido los trabajos de limpieza y reproducción de copias.

Sus fondos se han nutrido de materiales fílmicos de interés del cine mundial, especialmente de América Latina, a lo que ha contribuido la celebración anual en La Habana del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.

La Cinemateca posee documentos, guiones y datos específicos del cine cubano, una extensa colección de fotografías de sus producciones, carteles, materiales publicitarios, recortes de prensa de diversos temas, libros especializados y referenciales.

Ha reunido una amplia y bien clasificada documentación sobre el cine latinoamericano. Mantiene una biblioteca y una hemeroteca especializadas en cine y otras artes visuales. Estas son consultadas por investigadores y estudiantes, y un crecido número de profesionales del cine.

También ha prestado servicios de asesoramiento a cinematecas en formación en diversos países del Tercer Mundo. Colabora habitualmente con la Escuela de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños desde su fundación, en 1987.

Gracias a la persistencia de sus servicios de documentación y a sus programas de exhibición de filmes, la Cinemateca de Cuba ha devenido escuela de varias generaciones de cineastas cubanos y extranjeros.

Es parte activa de las instituciones que conforman la Comisión Nacional Cubana de Patrimonio Cultural. Entre sus mas recientes actividades se cuentan una Quincena de Cine Francés Contemporáneo, en los cines La Rampa y 23 y 12 (noviembre 2020). Este último fue sede de la Cinemateca hasta la creación de la nueva sede mencionada.

Esta institución, dentro de otra mayor, ha contribuido eficientemente a lo que Alfredo Guevara adelantó en su momento: vencer el desafío de “encontrar las formas de expresión nacional, el espíritu de nuestro pueblo, el carácter de nuestro pueblo”.

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