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“Una noche con los Rolling Stones”

Cubanow publicó hace dos años esta entrevista con Patricia Ramos, realizada por Valia Valdés.
Proponemos una nueva lectura a la misma, esta vez, con la experiencia de haber visto la película.

Patricia Ramos se encuentra en el proceso de postproducción de su segundo largometraje de ficción: Una noche con los Rolling Stones, tras haber estrenado El Techo en 2016.

El Techo resultó ganadora como Mejor Película de Ficción en la vigésima edición de Cine Las Américas International Film Festival. Fue nominada a los importantes Premios Platino en las categorías: Mejor Opera Prima en la categoría de ficción y Música Original, y mereció los reconocimientos entregados por la Red de Mujeres Realizadoras Sara Gómez y el Círculo de Cultura de la UPEC.

La cineasta, quien ha escrito y asumido la dirección de varios cortometrajes y documentales como: Na Na (2004), El patio de mi casa (2007), Ampárame. La religiosidad en la música cubana y Clara, entre otras producciones, acomete nuevamente un guion propio que profundiza en conflictos contemporáneos.

Para esta realización, la directora se apoya en el equipo integrado por: Humberto Jiménez, como productor general; Alexander González, en la dirección de fotografía; la editora Kenia Velázquez; Angie Hernández en el sonido y la música original de Magda Rosa Galván y Juan Antonio Leyva.

Lola Amores fue la elegida para asumir el rol protagónico y la acompañan en el elenco: Maité Galbán, Santi Estupiñán, Jorge Martínez, Roberto Espinosa, Doris Gutiérrez, Kristell Almazán, entre otros actores.

Lola reúne una experiencia admirable en teatro y cine, al integrar por once años el grupo El Ciervo Encantado, con el que participó en relevantes puestas y festivales nacionales e internacionales del arte escénico, que la hicieron merecedora del Premio Adolfo Llauradó 2005 y el Gran Prix del Festival Internacional de Teatro de Mount Laurier, Quebec 2007; hasta crear, junto a Eduardo Martínez, la agrupación La Isla Secreta.

Además, la actriz ha intervenido en títulos cinematográficos como: Agosto y Club de jazz y ha recibido varios galardones como Mejor Actriz por su labor en Santa y Andrés.

Por su participación en Los amantes, dirigida por Alan González, le fue otorgado el Premio a la Mejor Actuación Femenina en la Muestra de Jóvenes Realizadores, 2019.

Sobre su experiencia en Una noche con los Rolling Stones, expresó la intérprete:

Cuando Tamara Morales, que estaba colaborando con el casting para la película, me llama para una entrevista con la directora, me puse un poco nerviosa.

Estaban llamando a muchas personas y no era precisamente para hacer alguna escena sino para conversar. Ahí dudé de todo, sentía que no tenía de dónde sujetarme.

Tuve la dicha de pasar esa primera etapa y presentarme en un segundo momento para probar algunas situaciones por medio de pequeñas improvisaciones, con otras actrices. En esa ocasión me sentí más relajada, tratando de absorber las señales sobre el personaje, lo que pudiera ayudarme a entender a Rita y lo que la directora buscaba. Para mí fue una experiencia distinta. Rita se diferencia mucho de otros personajes que hecho.

Aun inmersa en la postproducción de Una noche con …, la cineasta Patricia Ramos concedió a Cubanow la primicia de su próximo estreno:

Con esta historia intento hablar de la felicidad, aun cuando esa palabra no la pronuncie ningún personaje. Sucede en la película como en la vida misma, que se vive y a veces no se tiene conciencia de los grados de felicidad o infelicidad que uno posee. La película sigue a Rita, una mujer que ya tiene 45 años y carga, como todos, con varias cosas sin resolver en su vida. La acción se desarrolla en La Habana de 2016, justo en los meses previos al concierto de Los Rolling Stone. En ese contexto, el de la espera por un concierto que no se sabe si se va a dar o no, esa especie de esperanza de que algo grande y único quizás suceda, transcurre la vida de los personajes.

La trama se centra en una mujer como cualquier otra, pero con una sensibilidad especial, que vive su día a día. Esta logra ser una historia, creo yo, donde los sucesos personales se encadenan sin grandes aspavientos, con sutileza, o al menos eso pretendo y termina en una mezcla de alegría y tristeza. También es un filme sobre la familia, la amistad y el reto de dejar libre a quien uno ama.

¿El casting le resulta una etapa difícil?

Una tiene actores referencia en la cabeza, artistas que amó por sus trabajos y se los imagina en sus películas. Así de pronto imaginas actores que ya fallecieron, o que están en otros países, o incluso que hablan idiomas diferentes y uno los visualiza en su historia, porque te enamoras del talento y esa energía la puedes encontrar en cualquier tiempo, en cualquier obra. Eso es lo que una admira, las interpretaciones sinceras, la energía exacta que te hace pensar: esa fue la elección correcta de tal o más cual cineasta. A eso una aspira siempre.

El proceso de casting es estresante. No solo son los actores probando un determinado papel, en lo cual el director lleva inevitable ventaja, porque conoce el personaje. El actor solo tiene una versión, no ha leído el guion, apenas cuenta con una aproximación. Se somete una y otra vez a una competencia donde no sabe a ciencia cierta qué puede ser acertado no. También está el hecho de que el director se encuentra frente a un montón de gente con talento y tiene que elegir lo mejor para su historia, al que cree que pudiera interpretar lo que ha soñado y tratar de no equivocarse.

Una escribe un personaje y se lo imagina de una forma determinada pero, frente a sí, tiene un actor que no corresponde exactamente con lo que imaginó. Entonces, es el momento de aceptar o no el punto de vista que ofrece, digamos: el destino. Eso me pasó con algunos personajes de la película.

¿Qué la decidió a elegir a Lola Amores como protagonista?

Hace unos años había imaginado con claridad a Lola en el personaje de Rita. Luego, me demoré mucho en filmar y ya no tenía muy claro que fuera ella, empecé a pensar en otras actrices, imaginar otros rostros. Llegó la hora del casting y su interpretación fue tan hermosa y contundente que aquella intuición abandonada volvió a ocupar su lugar. Creo que esa fue mi mejor sorpresa en el casting, la que más agradezco. Luego, cuando filmábamos, fue conmovedor verla actuar. Para mí es, sin duda alguna, una actriz inmensa. Es una felicidad tenerla en la película.

¿Recuerda los mayores obstáculos que enfrentó en la realización?

Creo que estamos viviendo un pésimo momento para poder levantar cualquier proyecto. En medio de la pre filmación, una buena parte del equipo enfermó de COVID. Fue una situación de mucho estrés que nos retrasó dos semanas mientras nos recuperábamos. Filmamos la primera mitad de nuestro rodaje con la obligatoriedad de la mascarilla, luego ya entramos de lleno al rodaje con un excelente equipo. Cada vez que me levantaba temprano e iba al set, me consideraba la mujer más afortunada, no importaban las dificultades que podíamos pasar. Es una bendición hacer lo que a una le gusta.

¿Piensa que la película será bien recibida?

Ay, qué te puedo decir…, ojalá la gente la disfrute tanto como yo he disfrutado este proceso. Cuando una escribe, y luego filma –mientras trata de proteger la historia lo más posible–, imagina que puede conectar con las personas y que la historia que está naciendo de una, puede disfrutarla alguien desconocido. Esa es la fe del escritor y del cineasta. Intentar conectar, que no es más que acompañar.

¿Considera haber crecido profesionalmente con esta realización?

Siempre he dicho que lo más importante para un cineasta es poder filmar, practicar. Si uno no filma, no puede mejorar, probar cosas o equivocarse también. Hacer cine es una carrera de resistencia, y la verdad es que eso está garantizado. Los recursos existen y a veces no, con lo cual uno sabe cuándo está filmando y es un misterio el momento en que lo volverá a hacer, por lo que poder hacer esta película resultó una oportunidad tremenda para mí. Es la primera vez que trabajaba con Audiovisuales ICAIC, o sea, en una producción con otras características. Yo provengo del cine independiente, casi siempre muy escaso de recursos, donde además de guionista y director, se es multioficios. En este proyecto tuve “lujos” que no son comunes para el cine independiente en Cuba.

¿Cuáles fueron los retos que le impuso Una noche con los Rolling Stones?

Esta fue una película de mayor complejidad para mí. Por primera vez trabajé con cientos de extras, filmé una lluvia. Nunca había tenido un equipo tan grande y un elenco tan numeroso bajo mi dirección, pero me sentí muy bien. Todo es aprendizaje, todo te conduce hacia otro lugar y genera ganas de volver a filmar. Eso no creo que se quite nunca.

Enlace relacionado: Nuevo cortometraje de Patricia Ramos
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