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El patrimonio de la radio

Por: Bruno Suárez Romero

Uno de los ejes fundamentales del balance anual sobre el quehacer de la radio y la televisión se movió en torno al patrimonio radial. En nuestro país existen 99 emisoras. La mayoría de ellas constituye un servicio multimedial, desde el cual se generan informaciones para el éter y el ciberespacio.

El tema del patrimonio es defendido tradicionalmente en el medio radial con la conservación y protección de archivos de audio, muchos de los cuales atesoran valiosas piezas musicales, voces de importantes personalidades, efectos y ambientes sonoros.

Un ejemplo es la conocida grabación de la Toma de Radio Reloj, el 13 de marzo de 1957, con la alocución del líder estudiantil José Antonio Echevarría.

Las circunstancias actuales llevan a analizar el tema patrimonio radial con una visión más abierta, ya que la radio del presente está generando, además de materiales sonoros, imágenes fotográficas y de video, debido a la ya citada multimedialidad.

Si en un ejercicio conceptual hiciéramos la búsqueda del término patrimonio, encontraríamos como resultado varias definiciones que se articularían en un valor material o inmaterial que puede ser posesión de un individuo o un colectivo.

Si partimos de este principio debemos considerar y procurar la conservación de los conocimientos profesionales que pueden estar sostenidos en individuos portadores, por lo general radialistas de larga data laboral.

Este es un patrimonio inmaterial o intangible y por ello se deben establecer estrategias que garanticen su paso de generación en generación, dentro de los ambientes laborales.

Otra forma de patrimonio son los espacios físicos de trabajo, los estudios y las cabinas radiales, donde se han realizado programas memorables en los que han participado prestigiosas personalidades cubanas y extranjeras.

Uno de los inmuebles de mayor valor patrimonial es el propio edificio Radio Centro, sede del Instituto Cubano de Radio y Televisión.

Esta construcción es considerada una joya de la arquitectura cubana del siglo XX. Allí están enclavados espacios patrimoniales como la cabina histórica de Radio Reloj, escenario del asalto de 1957, el antiguo Estudio 3 de la CMQ, donde Eduardo Chibás dio su discurso conocido como, El último aldabonazo, y el famoso Estudio 2 de Radio Centro, con un mural exterior que recuerda a las figuras de la cultura, nacionales e internacionales que grabaron en ese sitio, desde Benny Moré hasta Jorge Negrete y Nat King Cole.

Ese mismo estudio fue el lugar desde donde, en 1994, el Comandante en Jefe Fidel Castro expresara “Hoy debemos ver a toda la radio del país como una gran Radio Rebelde”. La frase, devenida en símbolo de la radiodifusión nacional, es otra de las muestras de cómo se dimensiona el patrimonio en la radio, el cual existe en los archivos, en el saber de sus profesionales, en los espacios físicos y en la memoria colectiva de un pueblo que tiene a su radio como un referente de cultura e identidad.

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