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Antonio Gómez ”El Loquillo”: Un infatigable del lente

Por: José Dos Santos

Lo ví por primera vez en acción en la Managua sandinista, en febrero de 1983, en ocasión de la visita a Nicaragua de Juan Pablo I y supe desde entonces que ese profesional del lente y la imagen en movimiento es de los difíciles de superar cuando de atrapar acontecimientos se trata.

Previo a la llegada del Papa polaco a tierras nicas, en cuya cobertura coincidimos, se produjo un incidente sumamente trágico, reflejo de los agudos momentos de tensión que vivía ese país centroamericano: la muerte de 17 “cachorros de Sandino” –como se les llamaba a los jóvencísimos reclutas del Frente Sandinista de Liberación Nacional— masacrados en una emboscada por huestes de la contrarrevolución.

Junto a mi colega Paquito Villanueva, Antonio Gómez integraba el equipo de la televisión cubana presente en los funerales que se desarrollaron en la Plaza 19 de Julio, la más importante del país, y reportó –cámara al hombro– el multitudinario cortejo que acompañó los restos hasta un muy distante cementerio.

Pocos días después, en la propia placa del aeropuerto Augusto César Sandino al que había arribado el Sumo Pontífice de la iglesia católica y su comitiva, le vi serpentear entre las piernas dela dirigencia sandinista que recibía a los visitantes para obtener los mejores planos de aquel histórico acontecimiento. Entonces comprendí el sobrenombre que aún le distingue: El Loquillo.

Luego nos encontramos en muchas ocasiones, en coberturas nacionales y en el extranjero y siempre me admiraba su pericia, su olfato periodístico y político, su entrega ilimitada al deber, no importaba el asunto que fuera. La mas reciente fue en Veracruz, en ocasión de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, en noviembre de 2014, en los cuales parecía tener el don de estar en varios lugares al mismo tiempo.

También guardo con especial afecto la tarde que compartimos al entrevistar al cantautor Silvio Rodríguez, para un documental que amigos mexicanos realizaban sobre Perfecto Romero, ”Fotógrafo de la Revolución”, momento en que Antonio y Silvio intercambiaron muchos recuerdos comunes.

SIEMPRE PRESENTE

Hoy lo acabo de ver en un reporte de la televisión cubana en el acto por el 61 aniversario dela proclamación del carácter socialista de la Revolución, cámara en ristre, aunque ahora sus funciones son mas anónimas aunque no menos trascendentes: es el camarógrafo de la Presidencia de la nación, el profesional que registra la intensa agenda de trabajo de la máxima figura en ejercicio del país.

Este Premio Nacional de Periodismo “José Martí” y de la Televisión, por la obra de la vida, tiene un caudal de historias vividas, anécdotas de una intensa y extensa hoja de servicios, que daría para escribir un “best seller” muy aleccionador, por lo que representa de enseñanza su quehacer. Vendría bien para sus alumnos y generaciones posteriores, y honrar así, de paso, una faceta poco divulgada de su acción: la enseñanza.

Capitalino de familia muy humilde –de niño vendió periódicos en las guaguas comenzó en la televisión como mensajero y en 1967 pasó un cursillo para preparar camarógrafos de estudio, el primer paso de una brillante carrera, incluyendo haber sido corresponsal de guerra en Nicaragua, Angola, Vietnam y Kampuchea y el camarógrafo de la expedición encabezada por Antonio Núñez Jiménez por el Amazonas y El Caribe y, por tanto, de un material documental de altísimo valor..

Lugar muy especial en su entrega profesional es haber reportado muchas de las actividades del Comandante en Jefe y del General de Ejército, Fidel y Raúl Castro, en distintos momentos y lugares como África, Asia y América Latina.

En estas fechas, cuando ya está carca de sus ocho décadas de vida, merece llamar la atención sobre El loquillo porque es las gentes muy necesarias de multiplicarse ante los desafíos que enfrentamos, capaz de ser eficiente, seguro, laborioso, consciente y patriota, con el valor añadido que aportó el ya fallecido Antonio Moltó, cuando en su condición de Presidente de la Upec entregó el Premio José Martí a “un maestro de la humildad y la sencillez”.

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