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Rosita Fornés en la radio y la televisión

Por: Rafael Lam

Rosita Fornés comienza en el arte a través de la radio, en La Corte Suprema del Arte de CMQ, en Monte y Prado. Canta la milonga, La hija de Juan Simón, que después popularizó Abelardo Barroso con la orquesta Sensación.

            “Eso fue el 12 de noviembre de 1938. Esa noche nació Rosita Fornés. Enseguida apareció una gira por todo el país con el conductor Germán Pinelli. Viajamos con muchos artistas que, con el tiempo fueron consagrados del arte cubanos; entre ellos Raquel Revuelta, Merceditas Valdés, Ramón Veloz, Armando Bianchi, Radeunda Lima, Aurora Lincheta y Anolan Díaz, mamá de Rubén Blades”.

    En la CMQ Rosita le hizo la contrafigura nada menos que a Mario Moreno “Cantinflas”, un verdadero genio del humorismo. En los estudios de CMQ Rosita conoce a Gonzalo Roig, músico de gran poderío que se entusiasma con la nueva artista. “A usted le auguro un futuro de gloria en el medio artístico”, dijo el director de orquesta a la nueva estrella. “Palabras que me calaron muy hondo por venir de una autoridad indiscutible. Con Roig trabajé mucho en tablaos con la obra Cecilia Valdés.

            En México también hora de radio en la reconocida ZEW, contaba con  un  programa llamado Peso por palabra. Eso lo alternaba con el teatro diariamente.

            En La Habana, además de trabajar para la CMQ, lo hizo para la Radio COCO en 1940 en un programa titulado La hora ibérica, a las 8 y 30 de la noche. Esa emisora, según la Fornés, “poseía una programación estupenda”, dirigida por Luis Casas Romero. “En la COCO conocí al gran cantor Jorge Negrete, símbolo de la música mexicana”.          

            Fornés nació con un destino, todo artista triunfador nace con esa luz especial; desde sus quince años ya demuestra que era una artista nata. A partir de entonces, comienza a abrirse paso en todos los medios del arte: la canción popular y lírica, el espectáculo en los teatros, los cabarets, la televisión y el cine. En todos esos espacios brilló como nadie, lo llenaba todo, fue el mito y la leyenda.

Su regreso a Cuba en 1952 tras una larga temporada en México, le permite ser una de las artistas y cantantes pioneras de la Televisión Cubana. El nuevo medio de comunicación y entretenimiento catapultaría a la Fornés a una popularidad que hasta hoy no ha decaído.  No hay género que no aborde ante las cámaras: zarzuelas, operetas, comedias, dramas, programas musicales. Allí donde apareciera, aseguraba el éxito del programa.

            Por desavenencias matrimoniales, regresó en febrero de 1952 definitivamente a Cuba junto a su hija. Enseguida la llamaron para participar en la naciente televisión cubana. Su debut televisivo lo hizo en el espacio Gran Teatro Esso en CMQ-TV con la opereta La casta Susana, bajo la dirección musical del maestro Gonzalo Roíg y nuevamente reunida con Antonio Palacios, Miguel de Grandy, Maruja González y los Martínez Casado. Allí conoce a Armando Bianchi, con quien a partir de este momento uniría carrera y poco más tarde, toda su vida, hasta el 28 de julio de 1981, en que Bianchi falleció ahogado en el mar.

En la Televisión Cubana, Rosita logró consolidar su carrera a través de este medio que la mantuvo hasta su fallecimiento. Ante las cámaras interpretó: dramas, revistas musicales, operetas, zarzuelas, comedias y un amplio repertorio de canciones. Largas temporadas en las que estelarizó espacios fijos, otras veces en apariciones esporádicas, pero siempre contando con el beneplácito de la teleaudiencia, que les hizo merecedores del éxito. Fue tal su popularidad que, entre varios candidatos junto a Armando Bianchi (su segundo y último esposo) logran el título de Miss y Mister Televisión 1953.

En 1953 aparece Rosita Fornés en el TV Serial por el Canal 4 de la TV cubana “Mi esposo favorito”, dirigidos por Joaquín M. Condall. La vedette recibe el Premio de Mejor Actriz Cómica del Año por ese programa televisivo. Se mantuvo en pantalla varios años.

Pero su fuerte fue la TV, espacios fijos como, Video-Revista La Corona, La canción cuenta su historia y Mi esposo favorito” (Joaquín M. Condall) -inspirado en la comedia estadounidense I love Lucy, escenificada por el cubano Desi Arnaz- que se mantuvo varios años en el aire, siempre de pareja con Bianchi.

ROSITA FORNÉS EN UN PLATILLO VOLADOR

En La Habana todo podía suceder, desde la llegada de un cometa, hasta el arribo de un platillo volador, sobre todo en una etapa de películas y muchos misterios con el exterior.

            Propiciado por la publicidad del programa televisivo, ideado por Joaquín M. Condall, Mi esposo favorito, el programa se presentaría el 28 de diciembre de 1954, patrocinado por la nueva fábrica de hielo, protutora de las marcas de cerveza Cristal y La Tropical que costeo todos los gastos.

Para promover de manera sensacional planean introducir a Rosita Fornés dentro de un platillo volador, colocado de madrugada en los terrenos de lo que sería La Ciudad Deportiva, en el Cerro. La bautizan como “Operación Inocente”. El presidente del Canal Ángel Camo, solicita la colaboración de la Sección Radio motorizada de la Policía Nacional, que desvía el tránsito desde la madrugada en Vía Blanca y Boyeros para facilitar el movimiento de la televisión y evitar las sospechas de los noctámbulos.

El platillo lo hicieron de plástico con una armazón de madera. Consiguieron globos gigantescos que lanzaron al aire desde las primeras horas de la mañana para dar la sensación de la llegada de objetos volantes extraterrestres. Compraron cascos y armamentos “marciano “de juguetería y hasta el ejército los ayudo prestándoles trajes especiales de amianto. El platillo fue rodeado por guardias armados; entonces Rosita sale vestida de interplanetaria, con una ametralladora de mentirita.

 El show comenzó a los 12 meridianos. Un operador de sonido ambienta el espectáculo con banda musical de los filmes El choque de dos mundos y Marabunda. Los marcianos participantes fueron Rosita Fornés, Armando Bianchi, los humoristas Herminia de la Fuente, el gordo Rogelio Hernández, y Marta Vélez (conocida como Marta Veliz), que había empezado en el coro de Rodney en Tropicana y ahora hace los jingles de la cerveza Cristal, creación del compositor Ramón Cabrera “Meneíto”. La colosal iniciativa fue bruscamente frustrada poco antes de la hora cero. Al Ministro de Gobernación. Ramón O. Hermida Antorcha, no se le había informado y envió un comando elite para llevárselos presos. Eso trajo al show ciertos inconvenientes.

Después de esta temible aventura, La Fornés estrena en el cabaret Tropicana, un show inspirado en operetas con el título de Las Viudas Alegres. Intervino también en cuatro coproducciones con los estudios fílmicos mexicanos: Piel canela (1953), donde coincidió con la futura estrella Sarita Montiel; Tin Tan en La Habana o El mariachi desconocido (1953); Hotel Tropical o Me gustan todas (1954) y No me olvides nunca (1956). Realizó temporadas de vodevil junto a Mario Martínez Casado, viaja a Honduras para inaugurar Radio Tegucigalpa invitada por Aramis Del Real. Actuó nuevamente en Venezuela, Estados Unidos y México. Grabó sus primeros LP long play. Uno en solitario y otro junto a Armando Bianchi.

Además de apariciones esporádicas en los estelares: Un romance cada jueves (teatro), La comedia del domingo, Jueves de Partagás, Cabaret Regalías y Festival RCA Víctor (musicales). Por esta época —recibió consecutivamente por varios años— el Premio a la mejor vedette del año, otorgado por la Acri (Asociación de la Crítica Radial e Impresa), el Gran Premio Avellaneda en la categoría Artista Versátil; y también el Trofeo Panart.

            Rosita termina siendo un fenómeno mediático sin igual en la televisión en Cuba, que llega hasta hoy, un paradigma que muchas han tratado de imitar, sin conseguir su estatura artística.  En los años 50 y 60 centra programas que con su presencia logran elevados ratings de teleaudiencia como Video-Revista La Corona, La canción cuenta su historia,  Lunes de la Shell, Desfile de éxitos, Desfile de la alegría, Su noche favorita, De repente en TV, En órbita con la alegría y Cita con Rosita, y Mi esposo favorito, este último un remake criollo del muy exitoso I love Lucy de la televisión estadounidense, y que tiene en la versión de la Fornés un éxito extraordinario en las pantallas cubanas.

            Volvió en 1987, para rodar una breve participación en “Hoy como ayer” o “El bárbaro del ritmo” y actuar en TV; en 1990, presentando el unipersonal “Reencuentro con México” (“Ser Artista”) (A. Menéndez) (Teatro de la Ciudad).

            Esta es la intensa y larga trayectoria de La Fornés en la radio y la TV, un resumen que nos ayuda a comprender la valía de una artista para recordar y homenajear.

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