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Pedro de la Hoz: hay un cambio de paradigma en la forma de recibir la música

Por: Redacción Cubanow

La Feria Internacional Cubadisco 20-21 se desarrolla hasta el venidero 23 de mayo por las plataformas digitales del Ministerio de Cultura y la cadena Streaming Cuba. Cada tarde justo a las tres se realiza una mesa de debate protagonizada por expertos de la música cubana. Acá les ofrecemos los comentarios del especialista invitado, hoy con Pedro de la Hoz, escritor, periodista y Vicepresidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba:

Yo creo que Cuba es la Isla de la Música, aunque todavía queda mucho que potenciar y hacer valer esta condición, tanto entre nosotros como en el mundo. Alexis has mencionado nombres muy entrañables para mí, que estoy entre los fundadores de Cubadisco. Recuerdo esos años finales de la década de los noventa del pasado siglo en que Alicia Perea y Ciro Benemelis impulsaron la idea de crear Cubadisco porque era necesario un evento donde confluyera toda la discografía cubana y se mostrara al mundo.

Permítame contextualizar también cómo eran las cosas en esa época y por qué se llega a un evento como Cubadisco. Por muchos años después de la nacionalización de la discografía cubana de los años sesenta, la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (Egrem) era la casa disquera que, por cierto, sigue existiendo y tiene una importancia cada vez mayor. La Egrem tenía prácticamente el dominio de todos los sellos, eran los de la única empresa disquera que existía en Cuba, pero en los años noventa comenzó a diversificarse la producción discográfica. La propia Artex creó Bis Music que existe todavía, el Instituto de la Música para ciertos proyectos del disco que no debían quedar al margen creó Producciones Colibrí. Ya después la Oficina del Historiador de la Ciudad creó La Ceiba y así fueron surgiendo otros sellos y, por supuesto, una empresa disquera muy importante junto con los estudios Abdala, que fue el sello Unicornio, es decir había una diversificación. Se entregaba por esa época el Premio Egrem, pero este premio se dedicaba, lógicamente, a estimular la producción de esta empresa insignia de la música cubana y era necesario que esa diversificación fuera acompañada también de otra mirada.

Por eso se crea el Premio Cubadisco, pero al mismo tiempo era necesaria la feria. Recuerdo que la primera locación de la feria fue el Pabellón Cuba con una participación, si se quiere escasa, de empresarios extranjeros que tenían que venir a Cuba a descubrir nuestras cosas. Es cierto que Cuba participaba en el Mundial de Cannes y yo estuve más de una vez en PopKomm que fue una feria muy señalada en Alemania que se ha insertado en los circuitos de Womex y en otro tipo de ferias comerciales. Recuerdo que Jamaica y Colombia invitaron a los sellos cubanos, pero era necesario también que desde Cuba se hiciera esta labor promocional, que al mismo tiempo era comercial, pero con un acento diferente a otro tipo de eventos, porque en Cuba si algo ha primado es que el disco no solamente se ve como un hecho comercial, que lo es y lo tendrá que ser, porque la industria cultural hay que desarrollarla más y el producto interno bruto cubano tendrá que tener más en cuenta al disco, a la fonografía cubana, porque ya no solo es el disco, sino el disco y todo lo asociado como se dice: música imagen y sonido.

La imagen sobre todo ahora en la era digital, pero a diferencia de la industria tradicional en el mundo de la industria convencional lo que se potencia más es el comercio, la importancia del mercado. Entre nosotros eso no se puede dejar de tener en cuenta, pero hay muchas cosas que tienen que ver con la cultura, con la memoria cultural y es seguir la memoria de la música cubana tanto de la que suena como la que se representa en los escenarios y estimularla ha sido un objetivo de Cubadisco, que no se puede perder porque está desde el inicio. Y creo que está hoy y por eso es importante resaltar la importancia de este premio y de esta feria para la cultura cubana como un hecho cultural para la cultura y de paso para la industria cultural cubana.

Es una avidez tremenda que se expresa no solamente en Cuba, sino que desde el extranjero tuve muchos amigos que ese mismo día se comunicaron y estuvieron conectados con esta impresionante cadena Streaming Cuba y la página del Ministerio de Cultura. Estuvieron al tanto porque había avidez por conocer quiénes eran los nominados porque el año anterior no se realizó el evento, pero este evento existe de manera virtual y lo virtual no quiere decir que sea ficticio. Está ahí y la música tiene esa característica desde hace mucho rato.

La música y las plataformas digitales tienen un maridaje anterior, incluso en muchas otras áreas. Porque en el mundo de hoy las ventas electrónicas aumentan y las plataformas más socorridas son las plataformas digitales. Hoy en el mundo toda la gente sabe qué es Spotify, en fin, conocen las ventas por esta vía que, por cierto, nosotros tenemos todavía asignaturas pendientes en esto, a pesar de que tenemos programa de desarrollo bien definido como la asociación con la Onudi o la asociación con Sony. Son asociaciones que se han hecho pese al bloqueo, pero ese tipo de asociación con plataformas digitales y para desarrollar la industria cultural en plataforma digital y de manera virtual es un hecho anterior a la pandemia.

Yo creo que hay un cambio de paradigma también. La forma para decirlo pronto y rápido es que hay un cambio de paradigma en la forma de consumir la música. Me gusta más que la palabra consumo, la de recibir la música, de apreciar la música que tiene que ver con las nuevas tecnologías. Con la era digital hay un cambio de paradigma que tenemos que asumir. Lo cual no quiere decir que desaparezcan ni el disco ni el cd ni desaparezca el vinilo que cada día está más cotizado, pero, indiscutiblemente, hay un cambio de paradigma en la manera de recibir la música y de circular la música. El gran reto de estos tiempos es cómo circula esa música que no se quede solamente en esperar porque el disco se fabrique materialmente. El gran reto está en circularlo.

Ese es el debate fundamental, si estamos a la altura de esto que yo lo llamo un paradigma en la forma de consumir y de recibir la música. Si estamos a la altura de cómo nos conectamos con el mundo y sí también estamos a la altura, que todavía no lo estamos, de que la industria del disco cubano, de que la industria fonográfica cubana responda a las exigencias del programa de desarrollo del Ministerio de Cultura, en cuanto al desarrollo, valga la redundancia, de la industria cultural. Yo creo que esta es una industria cultural que todavía le queda un largo trecho por recorrer y por explotar y que, a veces no estamos conscientes de todas las aristas y de todo lo que podemos contribuir a que la industria fonográfica se situé en un gran lugar.

Decimos que Cuba es la Isla de la Música, el archipiélago de la música, que es una potencia musical y a Cuba se le conoce en el mundo por la música. Todo eso es cierto, pero eso hay que explotarlo debidamente y tener rédito tanto en el orden del mercado como en el orden cultural. Estaba mirando todos los nominados, es cierto que esta vez la cantidad es mayor debido a que se acumularon los del año pasado y en la producción de dos años hay muchas señales de por dónde va la música cubana, de cosas que se han hecho respondiendo la tradición de innovaciones, de nuevo lenguaje. Todo eso hay que estudiarlo para ver realmente cómo lo acompasamos y lo articulamos con la industria cultural. Veo que hay varias categorías. Habrá discusiones sobre las categorías y creo que también vale la pena discutir seriamente la categoría porque algunos de verdad para mí son sorprendentes.

Hace poco cuando me llevaron porque los que me conocen saben de mi afición por dos grandes zonas de la música que son la música de concierto y el jazz y me asombró muchísimo que había jazz y neojazz. Hay que ver qué es eso, ver cómo las fusiones se dan. Habitualmente hablamos de un solo tipo de fusión y es que la música es un proceso continuo de fusiones. Todo eso hay que estudiarlo y Cubadisco tiene que ser el lugar de encuentro de los creadores, la academia, los promotores y el público. Todavía nos falta muchísimo por recorrer en ese sentido, pero creo que lo vamos logrando.

Yo creo que Sandunga tendrá que incorporarse a la plataforma del Cubadisco y que ese sea su espacio natural. Tiene que ser en la articulación con una feria como esta porque feria es mostrar, es mostrarse al comercio, a la promoción hacia otros mercados. Hablaba también de la experiencia de debatir, de someter a debate los temas, en el balance de promoción y análisis hay experiencias. Estoy muy satisfecho, es perfectible, pero en general, satisfecho con lo que se hizo en el Jazz Plaza. Creo que fue un evento que tuvo una presencia internacional tremenda a partir de su convocatoria virtual y de su transmisión por esta vía. Yo creo que ahí se logró un espejo de lo que pudiera ser. Para decirlo en otras palabras, el Cubadisco tiene que reconstruir eso. Por otra parte, creo que se han dado pasos como el reconocimiento a todos los que tienen que ver con la industria de la música. Como dije el evento comenzó con unas cuentas categorías, pero siempre tuvo desde el inicio y en eso Ciro y Alicia estaban muy claros de que el disco, por supuesto que el principal protagonista es el músico.

Para ponerlo en orden, lo primero es la música, la obra. El disco es la mejor manera de dejar junto con la partitura, de fijar que es una creación musical, de un estilo, una época, un modo de hacer. Luego están los intérpretes, algunos interpretan su propia obra y es muy importante. Se le da una importancia tremenda a la diversidad de géneros y estilos dentro de la música cubana. Eso se fue reconociendo, pero además se fue reconociendo también otros oficios que tienen que ver con la industria fonográfica, por ejemplo, el grabador.

Vemos aquí ingenieros de sonido tremendos porque en Cuba el talento también ha sido notable. Hay un amigo de los Estudios Siboney en Santiago de Cuba, que si me está viendo lo saludo. Se llama Maxi, también José Luis. No solamente en Santiago sino en Cuba hay ingenieros de sonido muy valiosos, ingenieros de estudio y también hay que tener una maestría tremenda para grabar los conciertos en vivo que no es lo mismo y aquí en Cuba hay gente que se han especializado en los conciertos en vivo. Se ha estimulado también la producción audiovisual, la realización de videoclips y los realizadores de documentales, making off, es decir la industria del fonograma se expresa también visualmente. Están los que hacemos notas discográficas, musicólogo o no musicólogo. Están los diseñadores gráficos porque el disco tiene un empaque incluso en la era virtual también tiene un empaque diferente y una visualidad diferente al físico. También hay que tener en cuenta a los promotores. En fin, hay una serie de oficios, profesiones, saberes y experiencias que Cubadisco ha ido integrando y eso no solo no se puede perder, sino que hay que potenciarlo cada vez más. Hay que focalizarlo y hacerlo conocer más a la gente, por ejemplo, en Notas Discográficas está nominado Miguel Barnet con una nota bellísima que hizo sobre el disco de Gastón Joya y Rolando Luna. Está Juanito Piñera que es compositor y que además es crítico de música y tiene un programa tremendo y que se ha reafirmado su condición de productor y escritor en este Cubadisco.

De todas maneras, todavía hay un déficit en la producción que tiene que ver con ciertas zonas de la música como la música para niños. Creo que es una asignatura no cubierta totalmente en nuestra industria y también cierto modo de hacer de la música de concierto sobre todo porque hay deudas con generaciones anteriores de compositores. A veces se han saldado como el ciclo que hizo Colibrí en los tiempos de Marta Bonet y Ulises Hernández como productor, que es un músico tremendo, el director de nuestro Lyceum Mozartiano, un excelente pianista con el grupo de renovación musical el rescate de la música de Diez Nieto, el rescate de Roldán y Caturla, pero todavía hace falta rescatar a muchos compositores. Hay más compositores del siglo diecinueve cubano que necesitan ser conocidos y la composición contemporánea que tiene que ser muy bien curada y al mismo tiempo bien dosificada y promovida porque creo que están sucediendo cosas interesantísimas y que el disco tendrá que reflejar porque el disco es memoria, pero también es una manera de indicar por dónde vamos, el rumbo de la creación. Son zonas que quisiera apuntar.

Falta todavía el sistema que integre el producto, la reseña y faltan también revistas especializadas de carácter más integral porque también las publicaciones por la crisis económica, los efectos del bloqueo en la adquisición de insumos para la industria poligráfica afectaron mucho. Están ahora las plataformas virtuales y creo que todavía falta mucho por hacer y promover la música, pero sobre todo promoverlas concentradamente, que uno sepa quiero tal cosa y la voy a buscar.

Creo que hubo un momento en que había una mayor dinámica en las publicaciones y creo que las propias disqueras y programas del Instituto de la Música, más allá de La Corchea, tiene que haber un lugar donde se promueva y se valore la música cubana de manera más sistemática e integral. Tiene que estar la reseña que acompañe a la promoción, al entendimiento, la valoración y la jerarquía. Eso que hablamos aquí que es tan importante, Cubadisco tiene que ser el resumen de todo ese proceso, pero falta cubrir las partes del proceso, las etapas del proceso. Creo que es uno de los grandes retos que tiene la industria cubana.

Habrá que tener en cuenta a los amigos de Santiago que el año pasado no pudimos celebrar la fundación de su estudio, fundado por el Comandante de la Revolución Juan Almeida. Creo que esta es una oportunidad también para que su voz se valore por el trabajo tan grande que están haciendo.

La encrucijada es insertarnos en el mundo de una manera más eficiente a partir de nuestros valores culturales que son los que en definitiva nos van a defender. Articular arte y mercado en los circuitos internacionales y también en los circuitos internos porque creo que el disco cubano tiene que hablar por afuera, pero también las calidades tiene que ejercerse de una manera mejor adentro para que el buen gusto predomine, las buenas ideas prosperen y la música cubana sea lo que es en realidad y no lo que algunos piensan.

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